Como ya os comenté otra página, en su casa nos instalamos desde hace cuatro años la segunda y tercera quincena de septiembre, para disfrutar de las vacaciones. Ellos ya sabían que yo tenía la enfermedad, habíamos hablado por teléfono muchas veces, así que solo faltaba contar los acontecimientos en directo.
Estas vacaciones fueron, creo que de las mejores, no se, sería porque yo quería vivir y disfrutar hasta el último segundo de los días, sería porque las necesitaba tanto... no sé el caso es que me o pasé muy bien, como siempre, todos disfrutamos. ¿quién no disfruta cuando esta de vacaciones...?
De vez en cuando mi mente se iba a Ourense, la razón es que yo estaba convencido de que a la vuelta ya me operarian y no me daba llegado el día.
Nos movimos más que otras veces, nos fuimos a visitar Elche, cenamos en Alicante con Milocho y Fina, en fin, buenos momentos.
De cena con MIlocho y Fina en el Puerto de Alicante
Foto para la historia, Milocho estrenando su Jubilación
En el Hipódromo
Durante todo este tiempo, yo para nada me acordé de lo mío, solo cuando no sé porqué comentábamos algo sobre el tema. Ya dije que a mi esta historia pocas veces me quitó el sueño. Es cierto que me encontraba algo más cansado de lo normal. Al primer mercadillo que fuimos, pedí por favor a Ana que me comprase un abanico, y así fue, me compraron un hermoso abanico blanco, el cual se pegó a mi mano y no me dejo en muchos días. Mis sofocos eran cada vez mas frecuentes. MI vida es como la de cualquier menopausica, es más, habíamos montado este verano el Club De Las Menopausicas (no voy a dar nombres, porque ellas saben perfectamente quienes son) y yo era la estrella invitada.jjjj.
AH! Se me olvida que ni en vacaciones dejamos las pachangas al tenis, había que mantener la forma.
A los tíos les gusta mucho ir de mercadillos, en esta zona hay tropecientos...
Hay uno enorme que se hace los domingos, no recuerdo ahora el nombre del pueblo, es impresionante, hay bares montados con tal lujo de detalles que ya quisieran alguna ciudades o pueblos tenerlos, eso me llamó la atención, el parking, es impresionante de grande, se juntan cada domingo miles de personas. Pero el mercadillo de los mercadillos es el Mercadillo del Moro.
Este mercadillo está pasando un pueblo que se llama Dolores, en una explanada rodeada de palmeras, la sensación es que está en medio de la nada. Si te llevan allí con los ojos tapados, te puedes imaginar que está en cuaquier lugar de Afríca, Libia, Marruecos....
La solaina que te da a las once de la mañana es espectacular, solo faltan por allí los camellos aparcados. Siempre hace algo de viento con lo que se levanta un polvo bastante incómodo. Lo peculiar de este mercadillo, es que que te encuentras las cosas más inverosímiles, que te puedas imaginar, todo usado por supuesto, lavadoras,zapatos, camisas, bicis, motos.... Muy bueno para coleccionistas y anticuarios... Cosas usadas, te encuentras de todo, pero yo con lo que más aluciné fue con las sarténes usadas, con grasilla incluida, eso fue lo más de lo más, me quedé alucinado. Allí llevé yo a mi PACO, a conocer los arrabales de determinados lugares. Tengo por ahí unas fotos, que os pondré, no saqué muchas porque la sensación que me dio es que muchas cosas eran robadas y no quería yo líos.
La primera vez que fuimos allí el verano pasado y como os quedamos tan alucinados, volvimos otra vez, solo está los domingos.
Este año cuando fuimos no estaba cerrado...que pena!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario