LOS MOMENTOS DUROS



Quiero hacer un alto en el camino, antes de seguir con el orden cronológico, que más o menos estoy siguiendo en la redacción de esta historia.
Visto y leído lo que ya llevo publicado alguno pensará, que la historia no es creíble, que no puede ser que ante una situación de un grave problema de salud, ante una situación  muy complicada, no es posible que no hubiese momentos de desfallecimiento, momentos de sufrimiento, de incertidumbre, miedo, nervios,angustia, intranquilidad ante un futuro sobre la evolución de la enfermedad, cuando menos incierto. No sabíamos como iba a ir evolucionando la cosa, si estaba muy extendido, si estaba controlado... Los médicos siempre me dijeron que la cosa estaba controlada, pero con esta enfermedad siempre tienes la mosca detrás de la oreja.
Pues bien, no  fueron muchos  los momentos difíciles... pocos, pero intensos y os los  voy a contar.
La primera situación complicada fue como ya conté en una de la páginas anteriores, cuando me dieron la noticia y aunque el médico trató de suavizarme la cosa, de ponérmelo lo más fácil posible... de repente sentí que el mundo se desplomaba a mis pies, seguidamente me entró un angustia, que al final pude controlar. Ese momento,después de salir de la consulta con el Urólogo, me costó muchísimo controlar mis emociones. Había acudido con Izan a la consulta, Toñy me acompañaba y se había quedado con él fuera. Nada más salir de la consulta, mi mirada se clavó en mi hijo Izan, él feliz, en su mundo.En ese momento la angustia se apodera de mi, noto un nudo en la garganta, me cuesta controlarme, estoy nervioso y noto que mi cabeza está confusa, me atrevería a decir que muy confusa.Supongo que será esa transición que hay desde que te cuentan lo que tienes hasta que poco a poco  lo comienzas a asumir. Me cuesta mirar fijamente al niño, me entran ganas de llorar, pero por poco luego controlarlo. Toñy me acompaña hasta la puerta de salida del centro hospitalario, como conté antes en otra página, nos despedimos con un abrazo, que me supo a gloria,me dio paz a la vez que me hizo sentirme algo sosegado...
Llegó el momento de enfrentarme yo a la situación, Izan iba cogido de mi mano y el trayecto desde el centro hospitalario hasta casa, se me hizo eterno. Necesitaba llegar a casa cuanto antes para sentarme y poner un poco de orden en mi cabeza. Izan todo el tiempo me iba haciendo un montón de preguntas, está en la época del por qué?...
Yo a muchas de sus preguntas le respondía como un autómata. Me costaba mirarle a los ojos para responderle. Empecé a sentirme cada vez más angustiado, más nervioso hacía un calor que empezaba a ser un poco insoportable,sudaba... 
Por fin estamos en casa y lo primero que hago es sentarme unos segundos en una silla de la cocina, no sé, me sentía derrotado, no era capaz de ordenar un poco mis pensamientos, había situaciones en las  que pasaban cosas muy rápidas por mi mente frente a otros momentos en los que mi mente se quedaba en blanco. Estuve así un tiempo largo. Yo pensaba, tienes que reaccionar, pero por otro lado no era capaz ni de animarme aunque fuese solamente un poquito.
tenía que hacer la comida, quizás eso fue lo que en principio me despejó un poco. 
Lo que más miedo me daba era enfrentarme a la forma de contarlo. Es cierto que en algunos casos dudé, hasta esperar le resultado de las nuevas pruebas que faltaban, un scaner de huesos y otro de la zona pélvica, que se harían en unos 15 días...pero como disimular, sería justo ocultarlo a tus  más allegados...conclusión.No!.
Ya os conté como se lo conté a Ana, a los niños y a mis amigos más allegados.
Ese día era un miércoles. Por la tarde trabajaba. En el trabajo me costó muchísimo concentrarme, seguía angustiado y nervioso, parecía que mis fuerzas se habían agotado, las horas no pasaban, solo tenía ganas de llegar pronto a casa para estar un poco solo y ponerme a reflexionar. Tenía que asumir la situación, no había más remedio, por momentos pensé que simplemente se trataba de un mal sueño una pesadilla, pero la realidad decía que no.
Notaba a Ana intranquila, nerviosa, con cambios de humor muy seguidos. Me decía que solamente era un tumos, pero que no todos los tumores son malos. Yo le decía que si, sabiendo que este no era el caso.
Esa noche me costó muchísimo dormirme.
Al día siguiente, jueves, no tenía ganas de hacer nada,seguía angustiado, nervioso y muy intranquilo. Me costó muchísimo empezar a funcionar. Si es verdad que empezaba a notar que muy poco a poco mi mente iba asimilando la situación.
No hubo muchas diferencias en mi estado de ánimo con respecto al día anterior. 
Entonces llegó el jueves, había estado caso toda la noche en vela, pensado y las conclusiones a las que legué fueron dos. La primera, hay que luchar, tirar para adelante, afrentar las cosas como te llegan, mantener la tranquilidad, non perder el humor y luego ya veremos que pasa.
La segunda es empezar a pensar que tengo una enfermedad, que puede ser muy grave o solamente quedarse en enfermedad que puede ser pasajera, es decir un aviso. Por tanto me dije, segunda consigna..yo no estoy enfermo, por tanto tengo que abstraerme de todo esto y así fue.
Hay que dar sensación de normalidad, no venirse abajo y si esto sucede, tratar de disimular todo lo posible, para que el entorno familiar no se venga abajo.
Llegó el viernes, ese día creo que fue mi primer día de normalidad en todo este asunto, no se como fui capaz de abstraerme de todo y centrarme en mi vida cotidiana. Esa mañana notaba como ya tenía otro espíritu, ya no había angustia,ni nervios, no sé, parecía que tenía ganas de comerme el mundo, de hacer cosas, de recuperar viejos proyectos.
Ahora si me sentía seguro de mi mismo, estaba convencido que me habían puesto una prueba demasiado dura, pero como suelo decir yo, "en plazas peores hemos toreado", por tanto comenzaba mi lucha,sabía que iba a ser dura y no me preocupaba la dureza física, si no la mental, si iba a ser capaz de mantener una linea ascendente o tendría muchos altibajos. Con el paso del tiempo la linea fue siempre ascendente y los altibajos quedaron en mera anécdota, (menos mal).
Después de esto,que yo recuerde solo hubo un día de bajón, pero bajón hasta las entrañas de la tierra. El resto de momentos malos fueron muy pasajeros y se redujeron a sueños, que por cierto recuerdo cada uno de ellos y algunos contaré.

                           EL PEOR DÍA DE TODOS

Para mi y que yo recuerde el peor día de todos fue un sábado por la mañana. Venía de trabajar camino de casa,en la moto. Era una mañana muy calurosa del mes de agosto. Yo en todo momento traté de abstraerme de toda esta historia como ya dije en otras ocasiones, pero esa mañana no fui capaz, mi mente me iba poco a poco llevando hasta una situación que yo no quería. Recuerdo que en cuanto se me aparecían pensamientos con relación a mi situación, yo rápidamente hacia un gran esfuerzo y trataba de contrarrestarlos acordándome de otro tipo de situaciones, pero esa mañana no fui capaz. Venía conduciendo mi moto y voy notando como poco a poco un  nudo en la garganta, empieza a atraparme, al tiempo en que por mi cabeza comienzan a pasar imágenes. Imágenes en las que me veo en una situación en la que ya no hay vuelta atrás, todo está perdido y el final era el esperado. Rápidamente, me vienen imágenes despidiéndome de mis hijos, de Ana , incluso recuerdo las últimas palabras que tengo tanto con mi hijo mayor Axel, pidiéndole que cuide mucho de su madre y de su hermano como con Ana, a la que le pido que me perdone por hacerle tan grande putada, por dejarla sola en aventura vital que habíamos emprendido cuando decidimos hace ya algunos años unir nuestras vidas y con mucho esfuerzo ir poco a poco construyendo, juntos nuestro futuro y el de nuestros hijos. Por otro lado pensaba que no era justo marcharme, cuando mis hijos más me iban a necesitar. Cada vez el nudo en mi garganta se va haciendo más grande al tiempo que de mis ojos comienzan a caer las primeras y dolorosas lágrimas.Hubo un momento en el que tuve que pararme porque, era imposible concentrarme en la carretera. Las imágenes seguían pasando muy rápidamente por mi mente, pero las recuerdo como si de ahora se tratase. Incluso recuerdo una imagen de como había imaginado despedirme de mis amigos. Con los más cercanos, haríamos una cena de despedida, a los que están lejos, les enviaría una serie de mensajes personales agradeciéndoles entre otras cosas,el apoyo que siempre me mostraron y lo orgullosos que estaba de que me considerasen como amigo suyo y otros como Merche y Antonio, Churry y Alejandra, Perfecto y Conchi, Ney y Pepi, Nestor y Espe, seguramente me olvido de algunos, por lo que os pido perdón,me trataron
 siempre como uno más de la familia, su casa es mi casa.
Lo siento, ahora no puedo seguir porque, vuelvo a recordar aquella situación y no me agrada nada. Voy a parar de escribir mientras trato de relajarme un poquito. Lo pasé tan mal que me quedó grabada esa situación y a pesar de que solamente fue, por decirlo de alguna manera, una debilidad mental, me dejó muy tocado, pero era una situación que podría darse.
Llevo un par de días sin escribir, la verdad es que esta parte de la película me está costando mucho escribirla, porque es revivir situaciones que aunque fueron pasajeras me afectaron mucho.
Después de que todas esas imágenes pasaron por mi cabeza, me costó mucho recuperarme. Estaba casi llegando a casa y tenía que tratar de disimular la situación, no quería que los míos me viesen hundido,tenía que disimular mis lloreras, los ojos todavía estaban algo rojos y todavía tenía un nudo en mi garganta. La táctica fue aparcar la moto y darme un pequeño paseo por el barrio y hasta que me noté algo más tranquilo no subí a casa.
Esa tarde, era mi tarde libre, necesitaba airearme, estar solo. Como Izan tenía entrenamiento, en un club de tenis a unos 12 km, decidí ir a ver como entrenaba. Eso me sirvió de distracción, me relajé y por fin mi estado anímico estaba volviendo a la calma.
Ya no recuerdo momentos duros como este, la verdad es que lo pasé mal muy mal.

Ya me habían operado,  todavía estaba un poco intranquilo, puesto que aun estábamos pendientes de que nos dieran los resultados de la biopsia que se había hecho a la Próstata.
Era una mañana del mes de diciembre y recibo una llamada de teléfono, en la que extraoficialmente, es decir, el topo que tengo infiltrado en el hospital, me comunican el resultado de la biopsia practicada a mi difunta prostata.
El resultado es negativo, todos los parámetros dan negativo y no hay nada que indique que haya quedado rastro alguno, por tanto, podemos decir que estamos curados, a expensas de seguir con el tratamiento posterior que serán, la sesiones de radioterapia.
La verdad es que en ese momento  me sentí como si me hubiese quitado una grandísimo peso de encima.
Las sensaciones eran encontradas, por un lado era la persona más feliz del mundo y por otro estaba nervioso,con ansiedad. Era normal, porque por fin todo estaba llegando a su fin, en eses momentos pasaron por mi cabeza muchas situaciones que podían haberse dado pero que por suerte no fue así y esa acumulación de situaciones, de nervios pasados, de incertidumbre fueron las causantes de esa pequeña angustia. Me sentí por fin liberado, si no fuera porque no podía me habría echado a la calle a acorrer como un poseso, tenía que liberarme, sacar todo aquello que durante mucho tiempo me tenía un poco atenazado. Creo que el café de esa mañana fue el que mejor me sentó de toda mi vida. Estaba esperando que llegase Ana a casa para contarle la noticia.
Lo primero que decidí es que tendría que hacer algunos cambios en mi vida, que habría que cambiar el chip, que al orden de mis prioridades  vitales había que darle una vuelta de tuerca, que a partir de ahora disfrutaría de la vida minuto a minuto, de la familia, de los amigos de mis hijos, porque  yo tuve la suerte que otros con esta enfermedad no tuvieron y es que a mi la vida me ha dado una segunda oportunidad, por tanto no se puede desaprovechar. Un capitulo muy importante de mi vida se estaba cerrando y había que abrir otros. En definitiva la vida se compone de esto ir abriendo y cerrando capítulos,  ir quemando etapas, pero al mismo tiempo divisar nuevos horizontes para ir a por ellos.
Ahora simplemente quería recuperarme o antes posible, que llegase ya la radioterapia, que pasase y por fin pudiese retomar de nuevo mi vida, y mis nuevos proyectos.
                            HACIENDO UNOS KILÓMETROS CON CONCHI
                    PREPARÁNDONOS PARA EUROVISIÓN CON GLORIA

CONTINUARÁ 

1 comentario:

  1. Pues yo si que te entiendo, Angel. Con mi padre pasò igual, no tuvimos muchos momentos de bajón y la gente se extrañaba, pero era básicamente porque no teníamos tiempo para autocompasiones.Y eso que a nosotros nos dieron la noticia fatal, en plan "es un tumor de vejiga. Y es malo. Muy malo, de hecho. No hay ni que hacer biopsia para ver que no es el típico tumor de vejiga de crecimiento lento. Esto es muy grave, operamos la semana que viene y recemos para que no haya metástasis, porque aún no están esos resultados, pero tampoco nos podemos permitir el lujo de esperarlos con lo que tenemos en esta vejiga".Casi nos morimos, Angel, pero la verdad es que eso dura poco porque rápido asumes que lo que hay que hacer es ponerse en funcionamiento, arrimar el hombro y hacer todo lo que se pueda. Y el propio enfermo pues tranquilo, porque lo pusieron tan mal que él sólo decía:"a ver si consiguen que cumpla los 65.Y si no, me iré con la felicidad de tener a la mejor familia del mundo y a unos médicos que han volado para intentar curarme". Es curioso, pero pasa. Se pone la gente en un extraño estado de calma tensa, tipo a ese proverbio chino, "si hay solución,para qué preocuparse? Y si no la hay, para qué angustiarse? ".Asi que entiendo divinamente tu estado de ánimo. Por cierto, dos años han pasado, y mi padre sigue entre nosotros, a punto de cumplir los 67.Limpio de tumores al menos hasta la fecha. Un abrazo enorme y gracias por tu maravilloso blog!!!

    ResponderEliminar