VIERNES 22 DE NOVIEMBRE. ADIÓS AL HOSPITAL.


Por fin llegó el tan deseado viernes. Como todos los días por la mañana tocaba ducha, control de las enfermeras, tensión, temperatura, curas... Ese día como de costumbre, estaba Zeltia, la maravillosa Zeltia, la que tanto me había cuidado y con la que tanto nos habíamos reído. Andaba yo con algo de ansiedad esperando que de una vez por todas llegase el médico a verme.
No quise colgar el parte de guerra hasta saber si me iba o me quedaba unos días más.
Desde la ventana se veía que hacía un hermoso, pero frío día de sol. Cuando ya acabamos de desayunar, tocaba paseo por los pasillos con mi compinche Paco, pasillo para arriba, pasillo para abajo, charla por aquí, charla por allá y el final del recorrido era como siempre, apoyados en la cristalera del fondo charlando y viendo el ir y venir de la gente al hospital. Ese día creo recordar que hablamos mucho de las aventuras de Paco por Suiza.
Son más o menos las 12 de la mañana, es hora de la visita del doctor Bellido, jefe de Urología. Cuando entró en la habitación, yo estoy sentado en una butaca y enfrente de mí, esta otra butaca que había en la habitación, una por paciente. Él se sienta enfrente de mí,  después de saludarme comienza a revisar los informes médicos. Después de leer y releer el informe médico, me mira fijamente y me dice:
 "Pienso que para que estés aquí viendo la televisión, mejor y más cómodo la ves en tu casa, por tanto te voy a dar el alta". Yo medio salté de la butaca y exclame a lo Rafa Nadal ¡¡¡¡ Bien doctor!!!, se dirigió de nuevo a mí y me comentó: "Te doy el alta pero espero que tengas cabeza y no hagas nada, raro, ni esfuerzos ni tonterías". yo respondí: "tranquilo doctor, ya sabe que yo soy un paciente muy sumiso y disciplinado. jjjj Aproveché  para darle las gracias por todo"
Paco me miró un poco contrariado, porque él que había llegado antes que yo, se quedaba... ¡Con las ganas que tenía de marcharse para Baños de Molgas!!!. La verdad es que su cicatriz le estaba dando bastante  la lata, estaba tardando más de la cuenta  en cerrar. A mi no me entraban los ojos en las cuencas de tanta alegría.
Anduve por la habitación cantando, bailando un poco, es decir, haciendo el ganso, como siempre y algún vacile que otro le tocó al pobre Paco.

Por tanto tocaba mandar el último parte de guerra desde la 720.



Habla el pasajero de la 720.La dirección del Spa.Por miedo a que durante el finde revolucione demasiado el gallinero. Ha decidido expulsarme para evitar altercados. Ósea que mandan a tomar por c........o.jjjjjjj

Ese fue mi último parte de guerra. A partir de ahora ya no era el pasajero de la 720, me convertí en el 

             EXPASAJERO DE LA 720.

Por la mañana llamé a Ross, mi cuñada para que me viniese a buscar por si acaso me daban el alta. Hubo un momento en que me planteé irme andando para casa, en quince minutos llegaría. Pero luego pensé, el doctor me pidió cabeza y no tonterías.
Por tanto volví a llamar Ross y le dije que me habían dado el alta y que ya le llamaría para que me viniese a buscar, porque  todavía iban a tardar un poco en darme los papeles del alta. Estaba muy, pero que muy contento, me iba para la paz del hogar jjj.
Por fin me hicieron la última cura. Una de las consignas en la que más me incidieron fue que tendría que tener mucho cuidado con la sonda, que no se podía soltar por nada del mundo, si no tendrían que volver a meterme en el quirófano.¡ Vamos cuidé yo a mi sonda más que a mis niños jjj.!!
Todavía tuve que esperar unas horas, es más aún me dieron la comida, osea que salí con el estómago lleno. sobre las 14 horas por fin me dieron los papeles del alta. 
Me dieron dos bolsas para conectar a mi sonda, una para el día y la otra para la noche. La del día era una bolsa pequeña de unos 750ml, que se ataba a mi muslo con unas gomas y la de la noche era la parecida a la que me habían puesto durante el tiempo de hospitalización.
En el parte de alta estaban explicados perfectamente los procedimientos a seguir, tendría que pedir vez para el día 9 de de diciembre, para hacer un scaner, luego se extraería la sonda. Se retirarían los puntos y las grapas una semana después y más tarde habría una visita con el urólogo para que determinase los pasos a seguir.
Ya mi mochila estaba preparada para colgarla de mi espalda y tomar las de Villadiego, como dice el dicho. La verdad es que no había mucho equipaje que guardar.
Antes de marchar, lógicamente me despedí de Paco con un abrazo, deseándole que se recuperase muy pronto, luego me fui a despedir de todas las enfermeras de la planta, agrediéndole el trato recibido.
Todo el mundo habla de la feria según le va. Yo tengo que decir, como ya dije en otra página anterior, que a pesar de todos los palos que le están cayendo a la sanidad, a sus trabajadores, con todos los recortes, con todas las ganas que tiene el gobierno de privatizar ciertos departamentos sanitarios, con todos los líos de huelgas, persecuciones a ciertos trabajadores, con la falta de personal que se nota en muchos de los departamentos... tengo que lanzar una lanza en favor de todos los trabajadores, a los que vi con una profesionalidad impresionante y un trato exquisito a los pacientes. Yo me sentí como si en mi casa se tratase, si algo necesitaba solo tenía que pedirlo y allí acudía una enfermera a preocuparse por mí a hacerte tu estancia lo más agradable posible, tratar de minimizar el poco o mucho sufrimiento que tengas, en mi caso fue poco, pero en el de otros pacientes no tanto. Estamos en manos de unos grandísimos profesionales de la sanidad y esto es de agradecer. Esta es mi opinión, seguramente habrá gente que no le haya ido así de bien y tendrán otra opinión, pero estoy seguro de que son muy poquitos. Mi felicitación a todos los que trabajan en la planta séptima de urología, médicos, enfermeros/as, limpiadoras,   enfermeras/os de prácticas y a todo el personal en general... gracias por vuestra profesionalidad.

Son aproximadamente las dos y quince minutos de la tarde, me dirijo con mi mochila al hombro hacia el ascensor. Es la última vez que voy a caminar por ese pasillo como paciente, o eso espero. La sensación que tengo , es como si recuperase de nuevo la libertad.
Por fin llego a la puerta principal, en esa puerta principal hay siempre una corriente de aire que molesta, debe ser por el cambio de ambientes, la calle frío y dentro mucho calor, por tanto se generan corrientes de aire. Yo lo primero que hago es ponerme un gorro en la cabeza, no fuera a ser que me acatarrase y no estaba yo como para coger catarro. Imaginaros, coger un catarro con la barriga llena de puntos y grapas. Por fin, llegó el coche un xara Picasso gris , nunca me había sentado tan bien montarme en un coche. Durante el trayecto, unos diez minutos como mucho. Notaba una rara sensación , parecía como si hubiese estado fuera de la ciudad muchísimo tiempo, la misma que tenía cuando volvía a Ourense de aquellos, a veces larguísimos viajes con el circo.
El sol hacía que la calle tuviese un brillo muy especial.
Por fin llegué a mi casita. Axel ya estaba en casa y me abrió la puerta. Ana e Izan llegaron más tarde. La noticia del día fue que el dibujo que había hecho Izan con motivo del día de la constitución, había sido premiado. El premio se lo entregarían en un acto  que se celebraría en el Auditorio de Ourense el seis de diciembre.
Esa tarde estuve tranquilamente sentadito en el sofá, relajado, viendo la tele y descansando. Si es verdad que me notaba muy cansado. Ana había quedado esa tarde con sus amigas para tomar café, ella estaba segura que no me darían el alta. Yo le dije, vete con tus amigas, tomate tus cafés, que yo de momento  no necesito nada y así fué. Sobre las seis llegó con Izan que había salido del cole a las cinco y media.
A partir de ese momento empezó mi vida de Rajá... en casa. En Ana tuve a la mejor cuidadora que jamás tendré, todo eran atenciones, disponibilidad, cuidados, que si tienes bien la sonda, que si te duele algo, que si estás cómodo, que quieres cenar. ... en fin no se puede pedir más Gracias cariño por todo. Espero no tener que devolverte nunca todas esas atenciones, significará que no te pondrás enferma y no necesitarás de mis cuidados, lo cual es una gran noticia.
el teléfono no paró de sonar, entre llamadas y wassaps,,non daba feito. Eso si que es de agradecer. Sé que mucha gente que me aprecia estuvo muy preocupada y muy pendiente de mí y eso para mí es muy significativo, espero no defraudarles.












































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